La MN de esta semana será algo más breve, debido al apagón, ya que a mi portátil le queda poca energía. Así que escribiré hasta que quede un 5% de batería. Entonces me conectaré al wifi de C&A, una tienda cercana donde milagrosamente le sigue funcionando el internet.
Cada cual tendrá su propia anécdota que contar sobre esta incidencia de sabor distópico. Yo me encontraba en los estudios contratados por Audible para la grabación de un audiolibro. Se trata, concretamente, del próximo libro que publicaremos con Álex Rovira, el primer ensayo que escribimos juntos desde hace seis años.
En este largo intervalo solo hemos publicado juntos antologías de cuentos. Esta primicia, de la que informaré en una próxima noticia del lunes, saldrá el 22 de mayo.
Yo ya había grabado mi parte con Adolfo, un ingeniero de sonido que es una de las personas más chistosas he conocido en mi vida. En la última sesión, ante las eternas obras que se hacen en una calle delante de los estudios y que se colaban en la grabación, me dijo:
—Para mí que están buscando un tesoro. Tantas semanas levantando el suelo solo pueden tener esa explicación. ¡Buscan un tesoro!
Hoy a las 12:30 era la hora fijada para rematar el audiolibro con la voz de Álex Rovira para la introducción y el epílogo. Mi buen amigo se saluda con Adolfo, que le invita a pasar al cuarto de grabación y le sienta delante del micrófono.
Adolfo iba a darle ya a grabar, cuando se apaga la luz del cuartito:
—Mecachis, se ha fundido la bombilla.
Se levanta para encender otro foco cuando dice:
—Espera, que no hay luz en el cuarto…
Llaman a la puerta y otro ingeniero mete la cabeza dentro para avisar:
—No hay electricidad en el estudio. Voy a preguntar a la portera qué pasa.
Luego vuelve y anuncia:
—No hay luz en todo el edificio.
Y al cabo de un rato:
—No hay luz en toda Barcelona.
Y finalmente:
—Se ha ido la electricidad en toda España, Portugal y parte de Francia.
Adolfo empieza a celebrar:
—¡Bien! ¡Bieeeeen! ¡Por fin llega el apocalipsis que esperaba yo hace tiempo! Ahora bajarán platillos volantes y los extraterrestres tomarán control de este mundo de mierda.
En medio de esta agitación, Álex Rovira se prepara para marcharse, ya que vive lejos de Barcelona. Este era el único hueco que tenía para venir a grabar, así que tendrá que hacerlo otro día a distancia, desde el micro de su casa.
Adolfo abre su móvil para tomar nota de su número pero, ante el apagón general, ha caído la línea telefónica y tampoco funciona nada. Resignado, deja el teléfono sobre la mesa, le entrega un trozo de papel a Álex y le dice:
—Más vale lápiz corto que memoria larga.
A fe de Dios que es así. Yo también me largo del estudio y, sabiendo que trenes y metros están detenidos, recorro la calle Balmes en busca de un autobús. Hay gente confundida por todas partes, delante de cada tienda. El mundo se ha parado.
Una vez dentro del bus atestado de gente, veo que todo el mundo mira incrédulo la pantalla de su móvil, esperando alguna reacción del whatsapp, de la aplicación de noticias, de lo que sea. Pero el apagón ha llegado también a sus terminales.
Yo recuerdo la frase de Adolfo y me digo que, en cuanto llegue a casa, me pondré a leer un buen libro de papel (esas páginas no se apagan) y me tomaré los dos helados que quedan en el congelador antes de que toda la comida se eche a perder.
Lo que ha sucedido hoy nos demuestra que existe vida más allá del Internet, e incluso de la electricidad.
Pues eso: a vivir.
¡Feliz semana!
Francesc
PD. En la cabecera, perro japonés espera estoicamente la llegada del autobús que le conducirá de regreso a casa.
Waooo! acabo de leer esto y debo decirte que escuche el audio que grabasteis por Audible de Homo Solver y es maravilloso, no se como lo hicisteis al final, sin embargo las voces genial! Las cosas salen cuando y como nos tocan o como diría mi madre "Cuando te toca ni aunque te quiten y cuando no te toca ni aunque te pongas" jajaja
Me alegro de que tuvieras suficiente batería para escribir esto, jeje abrazote ❤️